viernes, 25 de abril de 2014

y aún espero que vuelvas

Todo puede ser a veces duro y difícil porque, ¿a quién no se le hacen más que cuesta arriba los lunes cuando ese irritante despertador suena? o ¿quién no tiene malas rachas de vez en cuando? . Pero, hay que saber que los malos momentos vienen solos, no necesitan ser llamados, aparecen cuando menos los esperas, y desmantelan tu vida por completo, arrasan con todo lo que pillan, como si de un gran huracán se tratase. Es por eso, que lo mejor es quedarse con lo bueno, con lo que nos ayuda a  felices. Ya sabes, los detalles, las pequeñas cosas del día a día, el cariño y los gestos de todos los que te quieren, porque aunque no lo parezca, son tu principal apoyo. Y en realidad, lo realmente bonito sería poder enmarcar todos estos momentos, ¿eh? Tener una foto de cada uno de ellos, y que al mirarla, pudiéramos 'viajar' a ese mismo instante, que pudiéramos trasladarnos a esa sonrisa, a esas caras de confianza , a esa época en la que éramos felices y nos sentíamos completos, sin a penas saberlo, sin darnos cuenta. ¿Y ahora qué? Lo único que podemos hacer es coger esa foto, y mirarla, mirarla mil veces, observar fijamente cada uno de esos detalles, cada gesto, cada mueca, cada mínima cosa que en su momento, hizo que tus peores días se convirtieran en uno de los mejores, hizo que nunca nada pudiera reemplazar esas risas, ni esa mirada que en tan solo un segundo conseguía apartarme de todo, evadirme y sacar una de mis mejores sonrisas. Y es bueno saber que hay momentos y personas, que nunca más volverán, pero es inevitable el recuerdo, la sonrisa de tonta al saber que un día tuve lo que más feliz me hacía.

martes, 4 de junio de 2013

se derrumbaron mis paredes

Sin a penas percatarme de lo sucedido, miré atrás y me dí cuenta de todo lo que había sucedido tras aquello, de todo lo que las cosas habían cambiado, no sabría muy bien darle un significado propio o una explicación pero, me sentía bien, sí, era extrano pero, estaba completa, como si todo se hubiera formado de nuevo, como si hubiera empezado todo de cero, como si la sensación de vacío y malestar hubiera desaparecido, como si el pasado se hubiera esfumado tan rápidamente que ni si quiera me había dado tiempo de detenerme en el pequeño detalle de que había un vacío permanente en mí. Sabía muy bien el origen de éste, por más que yo intentara negarlo, sabía justo el día exacto que comenzó, sabía su por qué y su cómo. Y fue así de repente, que este gran vacío y a la vez tan insignificante volvió a irradiar en mí. De nuevo me dio una señal de que continuaba en mi interior, que todavía no había desaparecido. Y es que yo, lo veía venir, sabía que seguía ahí, y que de hecho por más meses que pasen, seguirá. Es como una pequeña marca, una cicatriz que nunca se ha llegado a curar del todo, que siempre está ahí, será permanente, por más que intente esconderla a diario. Ésto me ha podido demostrar que, de nada sirve disimular, si por dentro la melancolía te corroe , de nada sirve mostrar una gran sonrisa si en ese mismo instante tu interior se está bañando en lágrimas. De nada sirve disimular, cuando algo nos sale mal.

lunes, 22 de abril de 2013

Recuerdos, tan sólo eso.

Anclarnos en el pasado no siempre es bueno, porque sí, estoy segura de que cuando miramos atrás vemos miles y miles de momentos felices, que siempre logran sacarnos esa sonrisa, por muy pequeña que sea y que incluso esos momentos han sido los que en varias ocasiones nos han ayudado a seguir adelante, a pesar de todos los obstáculos que nos hayamos encontrado por el camino, por muy grandes que fueran nunca tuvieron la suficiente fuerza para derrumbarme. Y es que, hay quienes miran atrás y dicen que sólo ven recuerdos y más que recuerdos que les hacen pasarlo realmente mal pero, ¿si no pudiéramos recordar todo aquello? ¿seguiríamos siendo los mismos? Mi respuesta es no. Nada seguiría siendo igual. La verdad es que aunque sean recuerdos que en ocasiones, por no decir la mayoría de veces, van acompañados de lágrimas y caras de angustia y lástima, nunca está de más saber lo que pasó en su momento, saber cómo y cuando comenzó todo esto, y ante todo saber por qué tuvo un final. Como decía al principio, anclarse en el pasado nunca puede ser bueno, siempre conlleva dolor, anhelo de los que estuvieron y ya no están aquí, de los que se fueron de nuestras vidas sin a penas darnos cuenta y que ahora vemos por ahí, y no podemos evitar recordar cómo era todo hace tan solo unos cuantos meses. No podemos evitar echar de menos, sentir impotencia de no saber muy bien qué hacer, ni si quiera cómo reaccionar. En esos momentos, lo único que nos queda es pensar en positivo, creer que vendrán tiempos mejores que ésto no es más que una mala racha, como las de todo el mundo porque, sí, efectivamente aquí todos tenemos momentos malos, buenos, mejores y peores. Y cuando esto ocurre lo único que podemos hacer es adaptarnos.

domingo, 21 de abril de 2013

Karma

Y yo no soy de ese tipo de chicas que cree en estas cosas pero, poco a poco la vida me ha ido demostrando que sí, que si haces algo mal, o que pueda perjudicar a alguien, después de un tiempo la vida te lo devolverá, y con creces.  Porque esto es así, lo que no quieras para ti, tampoco para los demás. Es por estas cosas, que he aprendido mucho, tal vez demasiado.Ahora sé que si alguien de verdad te quiere, permanecerá a tu lado, a pesar de los mil y un baches que tengáis en vuestro camino, sabréis levantaros, como personas humanas. Porque es de humanos equivocarse, al igual que es de humanos caer y volver a levantarse, las veces que haga falta. Y a pesar de lo negro y difícil que veas el camino, luego todo se vuelve más claro, poco a poco se va convirtiendo en lo que deseabas, porque la vida se basa en subidas y bajadas continuas, aunque no lo creas, es así. Y si algo tengo claro, es que no me voy a rendir, no voy a agachar la cabeza, no. Y mucho menos ahora, porque en los momentos difíciles es cuando te debes mostrar más fuerte que nunca aunque, por dentro te derrumbes, aunque por las noches rompas a llorar de la impotencia. Saca una sonrisa, porque eso es el mejor arma para mostrarse fuerte.

martes, 12 de marzo de 2013

No dejes que la marea te lleve.

Era débil, muy débil. Quizás la más débil pero, no se dejaba derrumbar por nada, ni por nadie. Sacaba el lado positivo a todo, por muy mala que fuese la situación. Decía no creer en imposibles, porque lo imposible solo tardaba un poco más. Se levantaba día sí y día también con una sonrisa, pensando que éste sí que iba a ser su día, pero luego ninguno acabó siéndolo, a pesar de eso, ella insistía. En realidad, creía ser fuerte, o al menos eso aparentaba, pensaba que vivía en una gran fortaleza continua, la cual nunca se derrumbaría, nunca se vendría abajo pero, lo que ella no sabía era que todo lo que sube baja, y que, por el contrario, todo lo que baja vuelve a subir. También solía decir que nada le afectaba, que estaba hecha de un material único, especial. Ella era prácticamente de acero, dura como ninguna. Pero, de repente todo era diferente, tan diferente que aún no se hacía a la idea. Su vida dio un giro de 360º , no sabía muy bien ni cómo ni por qué ni siquiera cuándo había sucedido todo aquéllo pero, miraba atrás y todo era diferente. Las sonrisas ya no eran lo mismo, no eran las mismas, no eran verdaderas, por así decirlo. Todos los que siempre habían permanecido a su lado, habían desaparecido, como si de humo se tratase. Su cielo pasó a ser de un gris tan oscuro, que sinceramente asustaba verlo. Había perdido el horizonte. Tal vez, no cambió nada. Tal vez, fue ella la que hizo que todo cambiara, que ya nada volviera a ser lo que era.

viernes, 15 de febrero de 2013

Nadie será como él, nadie significará lo que él llegó a ser.

Decidieron no hablarse, no volver a dirigirse la palabra. Por primera vez su orgullo les pudo a ambos, ninguno de los dos quiso dar su brazo a torcer. Ella pensó, 'si le importo me hablará', y él más de lo mismo. Todos los días, ella solía abrir su conversación, escribirle algo, quedarse pensando qué hacer, pero al final siempre le daba a 'eliminar', a pesar de que por dentro estaba deseando hablarle, necesitaba hablar con él, que todo fuera como antes, que le sacara un millón de sonrisas diarias, necesitaba escuchar todas sus tonterías, aún no aceptaba el hecho de verlo por ahí, y que ni siquiera le sonriera, y claro, si él no lo hacía ella, no iba a ser menos. No estaba acostumbrada a todo esto. No se hacía a la idea de que ya nada era lo mismo, de que sin saber muy bien por qué, de un día para otro, una de las personas más importantes que tenía, desapareció, así porque sí. Aunque ya no se dirigieran la palabra, aunque no se saludasen, ella nunca se iba a olvidar de alguien así, porque sabía que en ese poco tiempo habían vivido miles y miles de cosas, habían pasado mejores y peores momentos, y en su momento fue de lo mejor que tuvo. Siempre que lo necesitó, estuvo ahí, apoyándola, y es por todas estas cosas que ella sabía con toda la certeza del mundo que, pasaran días, semanas, meses o incluso años, no lo iba a olvidar, porque a pesar de todo, lo quería y ocupó un gran lugar.

domingo, 3 de febrero de 2013

No me falta algo, me falta alguien.

Desde un principio ya supe que no era como los demás, tenía algo especial, no sabía muy bien qué era pero, estaba claro que lo tenía. En a penas un año, llegó a ser de lo más grande que tengo, de lo mejor que tengo, bueno, la verdad es que no sabría si utilizar el verbo 'tener' en pasado, o dejarlo como está, porque, no sé si todavía sigo siendo lo que era, eso sí, tengo bastante claro que por mucho tiempo que pase y por muchas personas que conozca, no lo podrán reemplazar, tal vez, me ayuden a seguir adelante pero nadie va a ocupar su lugar y mucho menos me harán olvidar todo lo que ha hecho por mí, todo lo que hemos vivido en tan poco tiempo, y lo digo con toda la certeza del mundo. Sé de sobra cómo es, sé que es tan cabezota como único. Tan flipado como enfadón. Tan tonto como borde. Pero. ¿qué más da? A mí me da igual. Yo le quiero muchísimo con sus más y sus menos, con sus manías, con sus defectos, con todo. Y si tengo algo claro, es que es de las pocas personas que no me gustaría perder nunca, no sé si será tarde para decir todo esto, no sé si lo habré perdido ya.